Soumission, la ficción de un país convertido al Islam

El mismo día en que dos hombres entraron a la redacción del semanario satírico Charlie Hebdoy, gritando “Alá akbar” (Allá es grande) y asesinaron a doce personas, la editorial Flammarion distribuía los 150 mil ejemplares de Soumission, la novela de Michel Houellebecq en la cual plantea la hipótesis de que un frente islámico llega al Palacio del Elíseo tras el triunfo de un nuevo partido, en el año 2022.

¿Casualidad? ¿Sincronía? La obra descansa en que Houellebecq muestra la influencia de la religión de Mahoma en la vida cotidiana de Francia, además de reflejar una fuerte descomposición de la sociedad francesa. Una vez más el hombre acierta con espíritu de época: “El ateísmo hoy está muerto, la República está muerta. Los lazos sociales están rotos, la herencia de Mayo es un individualismo de masa bien consistente y las formas de autoexplotación de los asalariados -sí: el discurso universitario de Byung Chul Han-, ni siquiera admite ventanillas de reclamo”.

Días previos a la publicación del libro el autor sostuvo: “Marine Le Pen puede detener la inmigración, pero no la islamización”, aunque no aclaro si hablaba contra los inmigrantes, la ultraderecha parlamentaria o contra qué.

Además dijo que su obra es política ficción y que acelero un poco los acontecimientos dado que 2022 es demasiado pronto. “Para los inmigrantes musulmanes, la única solución sería efectivamente la constitución de un partido musulmán”, expreso y agregó que no es un intelectual de centro izquierda y que tiene más confianza en la inteligencia de la masa que en de las elites.

En este sentido se podría conjeturar que las consecuencias de la revolución informática, el retiro del estado benefactor, la precarización laboral global y la ausencia de políticas tributarias son el caldo de cultivo perfecto para los fundamentalismos religiosos y de mercado, y no sólo en el Islam. No hacer un análisis del contexto y diferentes factores es caer en puros determinismos.