La marcha del silencio convocada para el próximo 18 de febrero continúa sumando adherentes y crecen las diferencias entre oficialistas y opositores. Mauricio Macri confirmó su participación.
Cuatro fiscales opositores y el dirigente sindical Julio Piumato convocaron a una “Marcha de Silencio” para el 18 de febrero, cuando se cumpla un mes de la muerte del fiscal Alberto Nisman. La convocatoria cobró repercusión rápidamente al obtener el apoyo de dirigentes y medios opositores y el precandidato presidencial del PRO,Mauricio Macri confirmó que asistirá a la movilización “pero a nivel personal”.
Durante el programa de televisión de Mirtha Legrand en canal 13, el jefe de gobierno porteño confirmó que se sumará a los dirigentes de la oposición, Elisa Carrió y Sergio Massa, que se movilizarán desde la plaza Congreso y se dirigirá por avenida de Mayo hasta la fiscalía que encabezaba Nisman, frente a Plaza de Mayo.
“Si todo termina habiendo más impunidad, es una hipoteca institucional que no vamos a poder levantar en toda la historia del país”, señaló Macri, al tiempo que destaco la importancia de investigar cuáles fueron las circunstancias de la muerte del fiscal y la denuncia que realizó por encubrimiento contra la presidenta Cristina Kirchner y otros funcionarios del Gobierno.
Por otro lado, el secretario general de la Presidencia, Aníbal Fernández, se lamentó ayer en comunicación con la radio Nacional Rock que “algunos hacen un uso politiquero de la muerte de Nisman”. Aunque consideró que participar en la marcha “es un derecho”, Fernández sostuvo que cuando “escuchás la ruindad de (Sergio) Massa, te das cuenta que el objetivo es otro”. El viernes pasado, en el medio de sus críticas a la denuncia de Nisman, Jorge Capitanich ya había descalificado la marcha convocada por los colegas del fiscal muerto. “¿Por qué se realiza esta movilización? Lo tendrán que explicar los organizadores?”, se peguntó retóricamente el jefe de Gabinete.
