Los líderes políticos británicos queman sus últimos cartuchos

Los políticos iniciaron una gira de dos días por el Reino Unido en un último intento por captar a los votantes indecisos antes de las elecciones del próximo jueves, consideradas una de las más peleadas de los últimos tiempos.

Con las agrupaciones igualmente preparadas para muy probables negociaciones postelectorales para formar gobierno, el primer ministro británico, David Cameron, cuyo Partido Conservador está cabeza a cabeza con el opositor Partido Laborista, comenzó una gira de 36 horas, durante la cual hará campaña hasta de noche.

En una aparición en Londres con el alcalde Boris Johnson, el premier dijo que los británicos deben optar entre dar un claro triunfo a su partido o enfrentar años de «acuerdos oscuros» y «sobornos», en referencia a los intentos del laborismo de formar un gobierno apoyado por el Partido Nacional Escocés (SNP).

No obstante, los sondeos indican que incluso el mismo Cameron tendrá dificultades para ganar suficientes bancas en la Cámara de los Comunes como para que su partido gobierne solo, y que no tendrá otra alternativa que negociar con partidos menores para permanecer en el poder.

Tanto Cameron como el líder laborista Ed Miliband -quien ha hecho de la defensa del presupuesto del sistema de salud público británico SNP su principal caballito de batalla en los últimos días de campaña- afirman que quieren una mayoría parlamentaria sin recurrir a alianzas con otras fuerzas.

Sin embargo, todos los partidos ya están pensando en cómo tomar la iniciativa el viernes por la mañana luego de lo que, según anticipan las encuestas, será un resultado sin un claro ganador.

El líder de los Liberales Demócratas, Nick Clegg, cuyo partido centrista ha sido el socio menor de la coalición de gobierno que encabeza Cameron desde 2010, no se ha pronunciado expresamente sobre a quién daría su respaldo tras los comicios.

Al dar el puntapié de inicio a una gira que lo llevará desde Land’s End, en el sur de Inglaterra, hasta John O’Groats, en la norteña Escocia, Clegg afirmó que apoyaría al partido que logre «el mayor mandato».

«Si el partido con el mayor mandato del pueblo británico, si quisieran acercarse a los Liberales Demócratas, por supuesto que escucharía», declaró Clegg a la cadena de noticias pública BBC.

El partido de Clegg, sin embargo, podría perder hasta la mitad de los 57 asientos que tiene en la Cámara, que cuenta con un total de 650 escaños.

Cameron ha dejado claro que no negociará con una formación que no esté dispuesta a aceptar el prometido plebiscito sobre la salida o permanencia del país de la Unión Europea (UE), que él quiere convocar, si llega al poder, antes de fines de 2017.

En sus declaraciones a BBC, Clegg dijo que él es proeuropeo, pero que no teme preguntarle a los británicos si quieren continuar o no en el bloque regional.

«En principio no estamos en contra de la idea de que en algún momento se pregunte a los británicos si quieren quedarse o marcharse (de la UE)», afirmó el líder liberaldemócrata, aunque agregó que la prioridad de su partido es «equilibrar las finanzas de manera justa».

Mientras tanto, todos los sectores están librando una batalla psicológica para definir lo que sería un gobierno «legitimo».

El sistema electoral británico no excluye la posibilidad de que un partido, los conservadores, por ejemplo, gane la mayor parte de los votos pero que otro, como el laborista, llegue al poder gracias a contar con mayor apoyo de otros partidos.

La líder del SNP -que el año pasado perdió un referéndum que había convocado sobre independencia de Escocia del Reino Unido-, Nicola Sturgeon, insistió hoy en que cualquier gobierno debe reflejar la voluntad de todos los británicos, no sólo la de los votantes de Inglaterra.

«La batalla por la victoria en la elección general se convirtió en una lucha para definir las consecuencias de una derrota», escribió en una columna de opinión en el diario The Times.

El promedio de encuestas de BBC otorga a los conservadores un punto más que a los laboristas, con 34% contra 33%, una diferencia que apenas ha variado en las últimas cinco semanas de campaña.

En tanto, el diario conservador The Sun, el más vendido del Reino Unido, urgió hoy a los votantes que están pensando en votar a la agrupación anti inmigración Partido de la Independencia del Reino Unido (UKIP) que voten a los tories de Cameron para evitar que los laboristas lleguen al poder.

El UKIP, liderado por Nigel Farage, se ubica tercero en las encuestas con un 14%, pero se considera improbable que obtenga más de dos bancas. Actualmente posee dos escaños en el Parlamento.

El partido de Los Verdes, que tiene un diputado, está quinto en los sondeos, detrás de los Liberales Demócratas, con alrededor del 5%.

En tanto, el ministro de Finanzas británico, George Osborne, advirtió hoy que una indefinición tras las elecciones podría volver al Reino Unido «profundamente inestable«.

En declaraciones al diario Financial Times dijo que una victoria del laborismo haría añicos en minutos la reputación del país como una nación económicamente competente y estable.

En este contexto, la libra esterlina ha encadenado tres jornadas consecutivas a la baja, y analistas financieros dijeron hoy que esto se debe a la incertidumbre sobre el resultado de las elecciones del jueves.