Elecciones en Israel: los sondeos marcan ventaja de la coalición Campo Sionista y alarman a Likud

Una encuesta difundida a cuatro días de los comicios parlamentarios, que le atribuye cuatro escaños de ventaja al partido del laborista Isaac Herzog sobre el derechista Likud de Benjamin Netanyahu, hizo saltar las alarmas en el partido gobernante.

Según el sondeo -publicado por el periódico Yediot Aharonot (el de mayor tirada en el país)la coalición de centro tradicional que encabezan Herzog y la ex canciller y actual líder de Hatnua, Tzipi Livni, obtendría 26 escaños contra 22 del partido del primer ministro.

Con un margen de error del 2.5% y realizado el jueves entre 1.033 votantes, alrededor del doble de lo habitual, el estudio concede la tercera posición a la coalición de partidos árabes, Lista Común, que lograría 13 diputados, uno más que el nacionalista religioso Hogar Judío (Habait Hayehudí) y el centrista Yesh Atid.

Hogar Judío se apoya en los colonos de Cisjordania y el empresariado de alta tecnología con fuertes vínculos con la industria de informática estadounidense (de hecho, su líder Neftali Bennett condensa ambos rasgos en una sola persona).

Yesh Atid (Hay Futuro), se organiza en torno a la figura de Yair Lapid, periodista de TV muy popular en las clases medias, fue una revelación en las últimas parlamentarias.

El resto del arco parlamentario queda distribuido -según la encuesta- entre otros seis partidos: el centroderechista Kulanu, con 8, y los ultraortodoxos Shas y Judaísmo Unido de la Torah, con 7 y 6, respectivamente, mientras en las tres últimas posiciones se sitúan el nacionalista laico de extrema derecha Israel Beteinu (del actual canciller, el ruso Avigdor Lieberman) y el frente pacifista Méretz, ambos con 5, por delante del ultraortodoxo Yahad, con 4.

Este registro, que evidencia un marcado crecimiento del Campo Sionista, es por ahora insuficiente para arrebatarle la jefatura del Gobierno al dirigente derechista.

Pese a ello, de inmediato llovieron críticas desde varias prominentes figuras del Likud que cuestionaron el tono de la campaña lanzada por Netanyahu y consideraron que el discurso pronunciado el pasado día 3 en el Congreso estadounidense, en el que advirtió del peligro de un acuerdo entre Irán y la comunidad internacional sobre el programa nuclear de Teherán, no surtió el efecto deseado.

«Algo no está funcionando como debiera. El discurso de Netanyahu en el Congreso debería haber servido para reforzar al Likud en las encuestas; sin embargo, está claro que no ha sido así», indicaron fuentes del Likud citadas por el periódico israelí Haaretz.

Según las fuentes -que admitieron la factibilidad de que Campo Sionista obtenga en los comicios al menos más diputados que el Likud- el partido de Netanyahu evaluó que se presentaba a las elecciones sin rival, pero «los datos muestran otro escenario mucho más complejo».

Una editorial del periódico israelí sostiene que el Likud se enfrenta al reto de frenar la pérdida de un número importante de votantes que se están dirigiendo hacia opciones centristas, como Kulanu o el partido laico Yesh Atid, que formó parte de la última coalición de Gobierno hasta que su líder, Yair Lapid, y la de Hatnuá, Tzipi Livni, fueron expulsados por sus discrepancias con el primer ministro por la cuestión iraní.

Los sondeos evidencian que en el Likud empiezan a escucharse voces críticas con Netanyahu, incluso en el supuesto de que, en virtud de la aritmética parlamentaria y del juego de combinaciones que ésta propicia, pueda seguir al frente del Gobierno.

Ante el hecho, aparentemente asumido, de que el Campo Sionista aventajará al Likud en número de diputados, un destacado miembro del partido derechista -cuyo nombre no cita Haaretz- anticipó que esa posibilidad constituiría «un fracaso colosal de la campaña, del que Netanyahu será el principal responsable».

Otra muestra de la atmósfera reinante es el informe de la emisora de televisión israelí Canal 10, que hoy confirmó que Netanyahu rechazó ser entrevistado por uno de sus periodistas porque éste había publicado informaciones muy críticas en su contra.

Netanyahu había acordado -en el marco del proceso eleccionario- una serie de entrevistas con los principales medios israelíes, entre ellos Canal 10, que se iba a emitir ayer, pero cuando el premier se enteró de que el periodista que lo iba a entrevistar era Raviv Drucker, un prestigioso analista que publicó varias informaciones sobre sus presuntas actividades ilegales en el ámbito financiero, solicitó sustituir al entrevistador.

Canal 10 no aceptó el relevo de periodista que le proponía la Oficina del Primer Ministro y, en consecuencia, el premier desestimó hacer la entrevista, según informa la edición digital del periódico Yediot Aharonot.

La legislación israelí no permite la publicación de los resultados de encuestas de intención de voto en las 24 horas previas a la jornada electoral, por lo que debido a la jornada del shabat las últimas se conocerán hoy.

Los israelíes, dilucida la encuesta, están más preocupados por la situación económica que por los asuntos de seguridad, y un 55,2% dijo que votará de acuerdo a la primera de las cuestiones.

Sólo el 28,4% afirmó que su voto se verá influido principalmente por los problemas de seguridad, que ha sido el eje de la campaña de Netanyahu.

Otro 12,6% votará de acuerdo a la identidad del dirigente del partido, y el resto no sabe o no contesta.