Denuncian que los coches «retenidos» del subte C están en un galpón de Clarín

Luego de que el gobierno porteño denunciara que la Aduana retiene los nuevos coches de la línea C, aseguran que los coches están alojados en un galpón que el gobierno porteño le alquila al Grupo Clarín.

Según trascendió ayer, la Justicia habría instado al Gobierno nacional a liberar de la Aduana 30 coches Nagoya previstos para modernizar la flota de trenes de la línea C de subterráneos.

Sin embargo, se reveló que sólo 6 de esas 30 unidades permanecen en el puerto ya que las 24 restantes se reparten entre un galpón de la calle Agustín Magaldi, en Barracas, que el gobierno porteño le alquila al Grupo Clarín a un valor de un millón y medio de dólares por año, y el Taller Polvorín del Subte, ubicado en el barrio de Caballito.

Según consignó el portal de noticias especializado en materia subterránea EnElSubte.com, en el predio de Barracas se ha montado un fuerte operativo de vigilancia, con presencia permanente de guardias y cámaras de seguridad y hasta refuerzos de la Policía Metropolitana en la zona en ocasión de traslados de coches, como ocurrió anteriormente cuando se transportó un coche cabina hasta Polvorín.

En ese sentido, llama la atención que no se haya montado de igual forma el mismo operativo de custodia en el Taller Polvorín, donde varios trenes fueron fotografiados libremente por el público el pasado sábado, en el marco de la Noche de los Museos.

Ambas situaciones debilitan las denuncias realizadas por el gobierno porteño y ponen en tela de juicio las declaraciones del presidente de SBASE, Juan Pablo Piccardo que aseguró: “Es inaceptable que el Estado nacional trabe los coches y perjudique a tantos usuarios. Necesitamos un Estado activo y eficiente, no un Estado arbitrario“.

Vale cuestionar, entonces, si acaso el titular de la empresa que administra los Subtes porteños desconoce que los coches no están retenidos por el Gobierno nacional y basta con citar el ejemplo de los coches Alstom recientemente recibidos de Brasil para la línea H para dar cuenta que las trabas en la Aduana no son reales.   Según demuestran los hechos, la transferencia de responsabilidades del Ejecutivo porteño al nacional sea la única manera de explicar la paupérrima gestión que, a pesar de haber recibido los coches hace casi un año, no fue capaz de ponerlos en funcionamiento aún.