Condenan a 10 años al policía que torturó a Luciano Arruga

Diego Torales, ex policía bonaerense, fue condenado hoy a diez años de prisión por «tormentos físicos agravantes» producidos a Luciano Arruga, cuatro meses antes de su desaparición en 2009.

Luciano Arruga fue detenido y trasladado al destacamento policial de la localidad bonaerense de Lomas del Mirador. No era la primera vez. Según denunció su familia durante años, a Luciano le habían ofrecido robar para la Policía, pero él dijo que no. A partir de ese momento sufrió detenciones sistemáticas y torturas físicas y psicológicas.

En el juicio contra uno de los policías, Diego Torales, el fiscal José Luis Longobardi enumeró los hechos relatados por los distintos testigos del juicio que demostraban la violencia institucional ejercida sobre el joven de 16 años. «Te vamos a mandar a un pabellón con los violines» y «sos un negro rastrero» dijeron reiteradas veces los policías del destacamento, incluso frente a Mónica Alegre, la madre de Luciano.

Su hermana, Vanesa Orieta, lo acompañó en una de las injustas detenciones en el destacamento de Lomas del Mirador, hoy espacio recuperado para la memoria. Allí escuchó a su hermano suplicarle: «Sacame de acá que me están moliendo a palos». Con una entereza admirable, Orieta relató el hecho ante las preguntas incisivas de la defensa.

Cuatro meses después de esa última detención por la que está acusado Torales, Luciano desapareció. Seis años de lucha debieron pasar para que el cuerpo apareciera enterrado como NN. Hoy la familia puede festejar una victoria, el juicio por torturas que llevaban adelante terminó con la condena a 10 años de prisión e inhabilitación de forma absoluta y perpetua para Diego Torales.

Luciano nos habló a través de la mamá, de su hermana, de su amigo, de Rocío Gallegos. Incluso, nos habló a través de su cuerpo, porque dejó la impronta del dolor, dejó la impronta del traumatismo”, dijo Longobardi en su alegato final. El viernes pasado al finalizar los alegatos, la mamá de Luciano aseguró: «Llegar hasta acá fue un logro muy grande. Vaya si ganamos. Verlo sentado ahí y nosotros pudiendo mirarlo con la frente bien alta y él agachando la cabeza. Ganamos».