María Eugenia Vidal prepara una maniobra legal para bloquear la jugada que le garantizaría al peronismo la unidad en la provincia de Buenos Aires y que lo dejaría prácticamente en las puertas de un triunfo en octubre.
A sólo 70 días de la presentación de listas, la mandataria bonaerense presiona al Gobierno nacional para que modifique el sistema de primarias. En concreto, busca evitar que el candidato a gobernador por el PJ integre las boletas de varios candidatos presidenciales en forma simultánea.
El encargado de llevar adelante la estrategia es el jefe de Gabinete de Vidal, Federico Salvai, que diagrama los cambios con su par de Nación, Marcos Peña, y con el ministro del Interior, Rogelio Frigerio. La idea es reformar el decreto 433/2011 de reglamentación de las PASO, que en su artículo 15 habilita a «establecer acuerdos de adhesiones de boletas de diferentes categorías para las elecciones generales».
Si finalmente avanzan las gestiones y Mauricio Macri firma el decreto para modificar la legislación electoral, el peronismo se vería imposibilitado de concretar un acuerdo de unidad que lo pondría en condiciones reales de pelear mano a mano la gobernación con Vidal.
La maniobra que estudia el peronismo haría que Sergio Massa y Cristina Fernández de Kirchner (o los candidatos que representen a los espacios que ellos lideran) compitan entre sí a nivel nacional, pero tengan «colgados» de sus boletas a un único candidato en el territorio bonaerense.
Las versiones encendieron las alarmas en el entorno de la Gobernadora, que ya empezó a trabajar con Nación en una ingeniería legal para desarticular la avanzada justicialista.
