La presidenta brasileña aceptó el pedido de renuncia de Maria das Graças Foster, en medio de los escándalos por corrupción que salpican a la compañía y a altos miembros del gobierno y la oposición.
«Petrobras informa que su Consejo de Administración se reunirá el próximo viernes para elegir la nueva dirección ante la renuncia de la presidenta (de la empresa) y de los cinco directores», informó la mayor empresa de Brasil en un comunicado.
La nota confirmó las versiones de ayer que indicaban que Foster y Rousseff habían acordado el recambio en la totalidad de los cargos del directorio de Petrobras en una reunión que mantuvieron hasta las primeras hora de anoche en el palacio Presidencial de Planalto.
Según dijo una fuente gubernamental al portal de noticias G1, Rousseff busca ahora un nombre respaldado por el mercado para sustituir a la actual presidenta, que a fines del año pasado ya puso su cargo a disposición de la mandataria, cuando tomó más fuerza el escándalo de corrupción que afecta a la mayor empresa de Brasil.
Antes de confirmarse, la salida de la presidenta de Petrobras agitó ayer el mercado y disparó las acciones de la compañía, que cerraron con una escalada de más del 15%, el mayor avance diario desde 1998.
Petrobras presentó la pasada semana los resultados financieros del tercer trimestre de 2014, pero excluyó de su balance las pérdidas causadas por desvíos en el seno de la estatal, que cuenta con 85.000 trabajadores.
No obstante, la compañía estimó que sus activos fueron sobrevalorados en 88.600 millones de reales (34.500 millones de dólares), debido al aumento del precio de 31 contratos con constructoras y proveedores entre 2004 y 2012.
La cifra, sin embargo, no incluye las pérdidas derivadas del pago de sobornos que originó un escándalo empresarial y político de grandes proporciones.