Preocupación entre los supermercadistas

Estos apuestan a mantener y consolidar el modelo basado en subsidios -directos e indirectos- al consumo y las definiciones preocupan a los empresarios del sector, excepto a «las 14 familias».

El sector del consumo, a la par del financiero, ha sido uno de los más beneficiados durante los dos períodos del gobierno kirchnerista. No por nada los gerentes de las cadenas nucleadas en la Asociación de Supermercados Argentinos (ASU), y los grandes del interior, nucleados en CAS y FASA habían apostado a que Daniel Scioli ganará en primera vuelta. El balotaje los tiene preocupados y más cuando desde el equipo económico de Mauricio Macri comenzaron a develar lo que harían en materia de energía, tarifas y subsidios. En este último caso, creen los supermercadistas, está la clave del repunte del consumo: a partir de las transferencias directas e indirectas que llevó a cabo el gobierno nacional es que pudieron mantenerse las ventas incluso en un escenario inflacionario.

La cuestión no es tanto política sino económica. De acuerdo a lo publicado por el matutino Tiempo Argentino, la consultora Nielsen, que trabaja para casi todas las cadenas, realizó un diagnóstico sobre el tema: los fomentos estatales al consumo, incluso el más reciente plan para devolverle el IVA a jubilados y poseedores de planes sociales, lograron llevar a un repunte de las ventas. Concretamente, que las clases bajas, medias bajas y medias fuesen la base de la demanda general.

Durante el encuentro de la mesa chica de una de las cámaras, un ejecutivo resumió el asunto con un ejemplo concreto:“Para nosotros, es mejor vender más volumen en latas de arvejas que varias cajas de champagne francés.” Entre los empresarios del sector preocupa volver al esquma del período 1992-1996, que comenzó con un impulso al consumo pero que terminó por colapasar entre el 2000 y el 2001: cuando asumió Fernando De la Rúa los supermercados suponían el 50% del consumo nacional mientras que cuando huyó del gobierno, esta participación se había reducido al 29%.

Hay otros, «las 14 familias», que apuestan -casi en soledad dentro del sector- a la propuesta deCambiemos. Son Arcor y otros grandes proveedores, casi todos exportadores,  presionan por una devaluación que los favorezca en materia de comercio exterior. Estos «gigantes» buscan la liberación de precios dentro del mercado interno. Ya desde antes de las elección  la Cámara Alimenticia Copal intentó marcarle la agenda a los candidatos con este y otros pedidos. En este sentido, para estas «14 familias» el programa Precios Cuidados que impulsó la secretaría de comercio interior que hoy conduce Augusto Costa siempre fue un impedimento para obtener renta extraordinaria. Desde el otro lado dentro de las grandes, las PyMEs y aquellos fabricantes de segundas y terceras marcas hicieron desmayo cuando les llegó a sus oidos toda la cantinela de exportaciones y precios libres, receta segura para que los grandes de afuera se devoren a los de adentro.

En esta pulseada no hay pelea por las formas, sino de fondo. A los supermercadistas les interesa sostener el consumo.