La contundente victoria del líder del PRO, Mauricio Macri, en la interna de Cambiemos, sobre Sanz y Elisa Carrió (Coalición Cívica-ARI) y el magro resultado obtenido por el senador mendocino, agitaron las aguas en el radicalismo.
Un sector del radicalismo cordobés reclamó hoy la renuncia de Ernesto Sanz al frente del Comité Nacional de la UCR por exponer al partido a la «derrota más humillante que se recuerde en su centenaria trayectoria democrática», tras el 3,4% de los votos que obtuvo el ex precandidato presidencial en las PASO del último domingo.
En rigor, el 3,4 por ciento que consiguió el titular del Comité nacional en las primarias es la segunda marca más baja del radicalismo en una elección, luego del 2,3 por ciento, que sacó Leopoldo Moreau en las presidenciales de 2003.
«Tanto Ernesto Sanz, el mariscal de la derrota, como los demás autores materiales, instigadores y participes necesarios de la claudicación y la entrega del partido deben asumir las consecuencias de una decisión infamante y dar un paso al costado», dice el comunicado de la agrupación Democracia Radical, que encabeza el dirigente Rodrigo López Tais.
En esa línea, adjudica a la alianza del radicalismo con el PRO y la Coalición Cívica-ARI, la baja performance de Sanz en los comicios del domingo pasado, que dejó al partido por primera vez desde la restauración democrática sin formar parte de un fórmula presidencial.
“El resultado de las PASO dejó una certidumbre:fue la alianza electoral de centroderecha que llevó adelante la dirección nacional de la Unión Cívica Radical -con el concurso de los Convencionales Nacionales que la aprobaron-, que tenía como único objetivo asegurar la supervivencia, por una temporada más, de dirigentes con más pasado que futuro», sostiene el comunicado.
Los radicales cordobeses acusan a Sanz -principal arquitecto del pacto radical con el PRO- de haber propiciado el «abandono de las mejores tradiciones nacionales, populares y progresistas» de la UCR y de «brindar una candidatura testimonial» que «legitimara» la postulación del líder del PRO a la Casa Rosada.
Asimismo, endilgan a la cúpula radical «ofertar al PRO la tercerización de los «servicios de fiscalización electoral en los comicios generales de octubre, a cambio de un racimo de cargos legislativos».
«Ese acuerdo vergonzante, determinado por la especulación, el cálculo y una sobredosis letal de pragmatismo, presentado como ‘posible, ventajoso y ganador’ (latiguillo usado por Sanz para justificar la alianza con el PRO) finalmente resultó perjudicial, ruinoso y derrotista para el radicalismo”, dice el comunicado y agrega que la alianza con macristas y cívicos «expuso a la Unión Cívica Radical a la derrota más humillante que se recuerde en su centenaria trayectoria democrática«.
Por último, los radicales cordobeses reclamaron a la actual conducción «depositar la soberanía partidaria en manos los afiliados, para dar inicio al verdadero proceso de renovación política que la sociedad le exige a la Unión Cívica Radical».