Macri y Scioli intensifican sus diferencias de cara al baloptaje del 22 de noviembre.
La reconciliación nacional que Mauricio Macri no se cansa de proponer como uno de sus tres ejes de gobierno podría haber encontrado un nuevo límite. Parece difícil por estas horas que el candidato presidencial de Cambiemos pueda recomponer su relación con el gobernador Daniel Scioli, cualquiera sea el resultado del balotaje que los enfrentará el 22 de noviembre.
Para el jefe de Gobierno su otrora amigo cruzó una frontera. Macri lo responsabiliza directamente por la supuesta “campaña del miedo” en su contra que el Frente para la Victoria impulsa tras la elección del 25 de octubre. «Estoy decepcionado de que él conduzca esta campaña tan agresiva y calumniosa. No lo imaginé, éste el verdadero Scioli”, sentenció ayer el líder del PRO en la combi que lo trasladó desde San Miguel de Tucumán a la localidad de La Ramada de Abajo.
El gobernador electo de Jujuy Gerardo Morales y el diputado radical José Cano, que lo cargó una y otra vez por el arbitraje de Boca-Central, escucharon de primera mano las reflexiones del candidato. Macri evitó contestar si ante una eventual derrota, Scioli podría tener futuro político. “Hay una elección en curso, quiero ser respetuoso”, se desentendió.
Un rato después adelantó que si resulta elegido presidente convocará al gobernador bonaerense parar acordar políticas de Estado. Relajado, pero serio durante la tercera jornada de su gira por el norte que culminará mañana en Jujuy, se explayó sobre la sinuosa relación con el candidato del FPV. Adelantó que de cara al debate espera a un Scioli en sintonía con sus declaraciones.
“Supongo que será coherente con lo que dice todos los días, no me preocupa el debate”, añadió. Además rechazó que la campaña sucia –tal como la definió- pueda tener efecto en el electorado. “Intentan asustar, porque han perdido la capacidad de entusiasmar”, dijo en un tono más calmo, que le duró poco.
El jefe de Gobierno perdió los estribos cuando le pidieron su opinión sobre la advertencia que Scioli lanzó días atrás cuando dijo que ante un eventual triunfo de Macri, “los científicos se irán a lavar los platos”. “¿En serio dijo eso?, repreguntó incrédulo a los periodistas mientras se mordía los labios. “Qué bárbaro, se sacó el antifaz. Esto que hace no es de buena persona”, completó categórico. Si hasta hace dos semanas, Aníbal Fernández parecía el destinatario de todas las críticas de Cambiemos, ahora Scioli ocupa ese lugar.
