Los investigadores de la caída del Airbus A230 de la empresa Germanwings en los alpes franceses en el que fallecieron 150 personas creen que el copiloto rechazó abrir la puerta de la cabina al comandante y accionó el descenso del avión «con voluntad de destruirlo» por razones que se desconocen.
El copiloto inició el descenso «de forma voluntaria» cuando se hallaba solo en la cabina, informó el fiscal de Marsella encargado del caso, Brice Robin.
Los pocos datos que trascendieron es que el copiloto se llamaba Andreas Lubitz, de 28 años y nacionalidad alemana y no dijo ninguna palabra tras quedarse solo en la cabina.
Pese a que en los primeros 20 minutos el copiloto mantuvo una conversación «normal y cortés» con el comandante, después se escucha al piloto preparar el informe de aterrizaje en Düsseldorf, al que el copiloto responde de forma «lacónica».
Posteriormente, el comandante pide al copiloto tomar el mando -presumiblemente para ir a hacer sus necesidades- y se escucha el movimiento de una de las butacas y una puerta que se cierra.
“Hubo silencio absoluto dentro de la cabina. Nada, ni una palabra en los últimos 10 minutos”, manifestó Robin según se desprende del audio de la caja negra que se recuperó.
“Creo que él se negó a abrir la puerta (al piloto) y apretó el botón para tirar abajo el avión. Fue una acción voluntaria de parte del copiloto”, manifestó Robin.
Pese a esto el fiscal aseguró que «en este momento, nada permite decir que se trata de un atentado terrorista».
“No puedo llamarlo suicidio pero se trata de una pregunta legitima”, agregó el funcionario judicial ante el interrogante de un periodista.
Además, se supo que el hombre que quedó detrás de los mandos vivió hasta el momento del siniestro, según se desprende del audio de la caja negra en la que se escucha su respiración hasta el final en la grabación.
En tanto las víctimas no se dieron cuenta de lo que iba a suceder hasta el último momento, porque en la grabación no se escuchan gritos hasta poco antes del impacto.
La ubicación del piloto fuera de la cabina fue revelada ayer por el diario The New York Times, que en base a fuentes de la investigación indicó que el comandante “golpeó la puerta” para ingresar pero “no tuvo respuesta”.
El sonido que quedó grabado en la caja negra del Airbus A320 indica que el piloto excluido «intentó tirar abajo la puerta» antes de que el avión se estrellara contra una montaña, a 1.800 metros de altura, con 150 personas a bordo, entre ellas tres de nacionalidad argentina.
Sobre el copiloto hoy se supo que había comenzado a trabajar en la firma en septiembre de 2013 y que tenía una experiencia de 630 horas de vuelo, bastante poca si se compara con las más de 6.000 horas de vuelo que tenía el capitán.