Las empresas constructoras de la Ciudad siguen sin control

El Gobierno de la Ciudad sigue sin controlar a las empresas constructoras. Durante la semana pasada hubo una demolición secreta, una quinta catalogada con cartel de venta y un edificio en construcción con papeles de hace 21 años.

La conveniente falta de control a las empresas constructoras por parte del Gobierno de la Ciudad sigue abriendo buenos negocios. La semana pasada se realizó una demolición secreta, una quinta catalogada con cartel de venta y un edificio en construcción con papeles de hace 21 años.

En ocho años de gobierno del PRO no se puso un peso en controlar a las empresas constructoras, ni siguiera cuando hubo muertos, ni a crear un ambiente de disciplina y sanciones. El actual jefe de Gabinete y electo jefe de Gobierno, Horacio Rodríguez Larreta, ni se molestó en prometer controles como su antecesor Mauricio Macri.

Página 12 detectó tres casos en estos días, que demuestran cómo actúa la industria de la construcción. El primero lo encontró el arquitecto Marcelo Magadán, es una casa en Combate de los Pozos al 1100, a media cuadra de la Av. San Juan. Esta casa está en una tira de viviendas de la misma altura, una cuadra rara con su arquitectura original.

Pero hace unos días, según los vecinos, comenzaron a desmontar el interior de la casa, a vaciarla. En la puerta hay un cartelito que avisa que es una “demolición total”, tiene los datos del demoledor, pero no tiene número de expediente, ni de trámite, ni de permiso. Lo más probable es que el caso todavía no haya pasado por el Consejo Asesor de Asuntos Patrimoniales (CAAP) y lo estén arruinando lo más posible para lograr una desestimación. Este consejo asesor ya permitió una demolición a la vuelta, sobre Sarandí, que era otra cuadra antigua.

El otro caso es en la calle Tinogasta 3058, a un par de cuadras de la estación Villa del Parque. Es una quinta de las viejas, encantadora y amplia, de los tiempos en que las casas del barrio tenían jardín, patio y fondo. Un vecino del barrio vio aparecer el cartel de venta contra la reja y tuvo curiosidad y sospecha.

Esa cuadra de Tinogasta se pobló en estos años de edificios, justo enfrente se alza uno que le costó al barrio una casona muy bella. El vecino llamó y preguntó cuánto valía la propiedad, le contestaron: “medio millón de dólares”. Viendo el tamaño de la quinta, su estado de conservación y su ubicación, el vecino concluyó que ese era el precio del lote para construir.

Pero sucede que la casa está catalogada como edificio singular, con el grado de cautelar y ficha en el catálogo preventivo, con lo que resulta difícil que el CAAP la desestime así nomás. Este parece ser un caso similar al reciente de la Av. San Martín, donde una linda esquina francesa se vendía para demoler, con la garantía de que la “excepción estaba redactada y lista”.

SOS Caballito acaba de denunciar el caso de un lote en la calle Méndez de Andés 527, donde yacía una obra paralizada desde la quiebra de una empresa en el año 2001. La obra acaba de resucitar, con arquitectos nuevos, para hacer un edificio de departamentos con cochera de 38 metros de altura en una zona donde se pueden construir con un tope de 13,50. ¿Cómo lograron esto? Resucitando el proyecto que quebró en 2001, utilizando un permiso de obra de 1994. Como señala SOS Caballito a Página 12, el mismo Código de Planeamiento Urbano les da seis meses de vigencia a los trámites de obras paralizadas, sin embargo ahí están trabajando, inmunes al control público y con un cartel con el nombre y matrícula de varios profesionales que no son cuestionados ni sancionados por el Colegio Público de Arquitectura y Urbanismo (CPAU).