Un porteño que ama el interior del país tanto como la Ciudad de Buenos Aires. Un porteño federal. Que quiere tanto que le vaya bien al país como a la metrópoli que adora y que lo vio nacer, estudiar y crecer políticamente. Así se definió Alberto Fernández, precandidato a presidente del Frente de Todos en el acto que compartió este lunes con el precandidato a jefe de gobierno de la Ciudad de Buenos Aires del espacio, Matías Lammens, para hablarles a más de 1500 jóvenes y representantes de la cultura del distrito sobre las propuestas que tienen para ellos. Fernández señaló que la juventud “tiene que ser la conciencia crítica de la sociedad” y exhortó a los jóvenes “a salir a la calle si el día de mañana no cumplo lo que prometo porque lo último que quiero es una juventud domesticada. En mí también anida un rockero y esa vena nunca muere”, dijo. Lammens, por su parte, aseguró que “debemos recuperar el orgullo de la Ciudad de Buenos Aires como faro cultural de América Latina y en esa tarea los centros culturales tienen un rol fundamental”.
Antes de la llegada de los precandidatos al C Complejo Art Media de la calle Corrientes empezó a sonar fuerte el “olelé, olalá, Alberto presidente, Matías la Ciudad” y los asistentes se saludaban y charlaban para amenizar la espera. El legislador porteño y ex ministro de Trabajo Carlos Tomada se dio un largo abrazo con el actor Gustavo Garzón y dijo a PáginaI12 que, aunque conoce la complejidad del distrito en el que Juntos para el Cambio pisa fuerte, “vamos a tener que contar bien los votos porque soy muy optimista con la amplitud de este frente”. Garzón señaló que no fue al acto sólo para plantear la problemática de los actores “porque en este momento no puedo pensar sólo en mi sector. Vine a poner mi granito de arena para que termine este gobierno que fue una pesadilla para el pueblo argentino y empecemos a pensar en la esperanza y en salir adelante después del triunfo”.
Dio comienzo al acto Lammens, quien dijo que iba a oficiar de conductor del evento, no sin antes señalar que si es electo jefe de gobierno va a trabajar sobre “las preocupaciones centrales de los jóvenes, que tienen que ver con el desempleo de ese grupo etario, que en el distrito duplica la media nacional, el acceso a la vivienda, la ampliación del boleto estudiantil y la igualdad de género”. Y le dio la palabra a Ofelia Fernández, a quien definió como “una de mis debilidades”.
La referente juvenil y precandidata a legisladora porteña del FdT dijo que “tenemos que despertar de esta pesadilla para poder seguir soñando y los jóvenes tenemos que estar acá para romper las pelotas”. Cuando, después que ella, habló Alberto Fernández, recogió el guante y le dio la razón a Ofelia. “Lo último que deseo de la juventud es que sea una juventud domesticada, no dejen que nadie los calle ni los haga resignarse a este presente, ustedes tienen que ir por el futuro, no por el presente”, dijo. Respecto de la lucha del movimiento feminista destacó que “las mujeres hicieron una transformación enorme en nuestra sociedad reclamando algo que todos deberíamos dar de inmediato, que es la igualdad. En el siglo XXI, algo tan obvio no tendría que ser siquiera materia de debate”.
El precandidato a presidente también hizo referencia al maltrato actual hacia la cultura, “que nos llena de contenido el alma” y destacó cómo impactó personalmente en su vida. “Fíjense que, para todos, algún momento de nuestra vida está asociado a una película, un tema musical o un libro. Si nosotros valoramos tanto la cultura y queremos preservarla, la tenemos que defender y cuidar e incentivar a los que la producen». Agregó que hoy se maltrata a los que la crean y que “no hay dinero para la cultura, la ciencia y la tecnología, las becas de nuestros investigadores ni para nuestros docentes, pero hay un montón de dinero que se llevan los bancos cada día en intereses que el Estado nacional promueve. Lo mejor que nos está pasando es que de alguna manera se está cumpliendo aquella estrofa del tema de Vox Dei: todo concluye al fin, todo tiene un final, y está naciendo otro país donde todos tenemos un lugar”.
A esa altura del encuentro, Lammens ya estaba sentado. Porque cuando presentó al precandidato a presidente había decidido pararse como muestra de respeto hasta que Alberto Fernández, entre risas, le dijo que se sentara. Y le devolvió las gentilezas. Recordó que siempre estuvo convencido de que para cambiar la política hay que “subir al espacio dirigencial” a personas que vienen de otros ámbitos y que el presidente de San Lorenzo fue un hueso duro de roer hasta que le dio el sí. “Hacía mucho tiempo que venía hablando con Matias y él esquivaba la propuesta de acompañarme. Pero gracias a Dios, un día vio que ya éramos capaces de construir un espacio más amplio y así surgió este frente. Cuando Matias vio el amplio abanico que habíamos armado con Pino, con Mariano, con Ofelia, con Itaí y con Cristina dio el sí y mis primeras palabras son de agradecimiento”, dijo. También lo definió como un dirigente que va a dar mucho que hablar y como un “hijo de la educación pública en la que este gobierno no cree”.
En el tramo final de la campaña, Fernández no se ahorró críticas al gobierno nacional, que permite que uno de cada dos chicos menores de 14 años sean pobres. “A nosotros nos importa porque no somos como ellos. Nos preocupa y nos pone mal. No podemos vivir tranquilos con esa realidad”, dijo.
Más de 1500 personas oían atentas y esperanzadas, parte de una convocatoria que desbordó la expectativa de los organizadores. Es que la crisis es grande: los jóvenes quieren un futuro mejor y los que dirigen centros culturales ya no saben cómo hacer para sostenerse y frenar las clausuras arbitrarias del gobierno de la Ciudad. Lammens prometió que si accede a desbancar a Larreta y revertir la crisis económica “vamos a apoyar a los pibes y vamos a apoyar la cultura porque para nosotros es fundamental. Todos saben que el distrito es esquivo, pero los buenos soldados no pelean pensando en el resultado».