El ministro español de Asuntos Exteriores, José Manuel García-Margallo, expresó que desea «estabilidad democrática y prosperidad económica» para el país sudamericano, pese a las tensiones políticas que se agravaron en los últimos días.
«No es nuestro propósito seguir en esta escalada y no es nuestro propósito romper relaciones con Venezuela», precisó el jefe de la diplomacia española, después de que ayer el gobierno llamara a consultas a su embajador en Caracas, Antonio Pérez Hernández.
El gobierno de Mariano Rajoy tomó esa medida en señal de protesta por la «escalada de insultos, calumnias y amenazas» del presidente Nicolás Maduro contra España y sus instituciones y «por respeto a la dignidad nacional».
Margallo aseguró que el gobierno manifestó «extrema prudencia» en este asunto «hasta que las aguas han llegado al límite en que hemos tenido que reaccionar».
«Nuestro propósito no es en absoluto romper relaciones con Venezuela«, insistió.
La tensión política entre ambos países ha aumentado en la última semana, después de que Maduro acusara al gobierno español de «apoyar al terrorismo» en su país y a Rajoy de formar parte de «un grupo de bandidos, de corruptos y de ladrones».
Previamente, la Asamblea Nacional venezolana declaró, con los votos de la mayoría chavista, persona no grata «para el pueblo venezolano» al ex presidente del gobierno español Felipe González, quien se ha ofrecido para la defensa legal de los opositores venezolanos encarcelados Leopoldo López y Antonio Ledezma.
López, líder del Partido Voluntad Popular, se encuentra encarcelado desde hace más de un año por promover protestas callejeras, mientras que el alcalde de Caracas Antonio Ledezma fue detenido en febrero pasado acusado de participar en un intento de golpe de Estado contra Maduro.
A pesar de esta declaración, González, histórico líder socialista español y presidente del gobierno de 1982 a 1996, mantiene su intención de viajar a Venezuela a mediados de mayo.
García-Margallo destacó hoy que su objetivo es que la política exterior española sea una política de Estado y que sobre este aspecto habla «mucho» con el Partido Socialista (PSOE), principal grupo de oposición, y con González, con quien conversó ayer mismo.
El ministro relató que el ex presidente del gobierno lo llamó para anunciarle su intención de ofrecerse para la asistencia técnica a la defensa de los opositores encarcelados y que le pareció «bien» y «muy loable» que lo hiciera.