Entre vítores y aplausos de los reunidos, el ataúd del líder opositor fue trasladado a hombros por un cortejo que lo llevó hasta el cementerio de Troekurovskoye, donde fue enterrado en una ceremonia íntima a la que asistieron sólo los familiares y otras personalidades, rusas y extranjeras.
Boris Nemtsov, asesinado el viernes último a escasos metros del Kremlin, fue enterrado tras un multitudinario acto de despedida a la que acudieron decenas de miles de personas, entre ellas destacadas personalidades rusas y extranjeras.
Entre vítores y aplausos de los reunidos, el ataúd del líder opositor fue trasladado a hombros por un cortejo que lo llevó hasta el cementerio de Troekurovskoye, donde fue enterrado en una ceremonia íntima a la que asistieron sólo los familiares y otras personalidades, rusas y extranjeras.
«Mi padre está en el paraíso», había dicho poco antes Anton, hijo de Nemstov, al final de la capilla ardiente que se celebró en el Museo Sajarov de la capital rusa, según informó la agencia de noticias DPA.
Poco después de que se abriera el centro con la capilla ardiente, una montaña de coronas florales ya cubría el féretro y una hilera de varios cientos de metros en la calle esperaba para despedir al líder opositor.
El viceprimer ministro ruso, Arkadi Dvorkovich, acudió a primera hora de la mañana para ofrecer su condolencias y rendir homenaje a la memoria del dirigente liberal asesinado, informó la agencia de noticias EFE.
Entre las personalidades extranjeras que viajaron a Moscú para dar el último adiós al carismático político se cuentan el ex primer ministro británico John Major, que llegó en representación del gobierno de su país, y el ministro de Relaciones Exteriores lituano, Linas Linkevicius.
El presidente ruso, Vladimir Putin, objeto de duras críticas por parte de Nemtsov, envió una corona de flores.
A la ceremonia también acudieron numerosos embajadores, entre ellos el de Estados Unidos, John Tefft, que depositó una ofrenda floral con la leyenda «A un verdadero patriota de Rusia de parte del pueblo estadounidense».
Varios canales de televisión realizaron conexiones en directo desde la sala donde tiene lugar la ceremonia en homenaje al político opositor liberal, quien pertenecía al grupo de jóvenes reformistas que llegaron al poder después de la desintegración de la Unión Soviética y fue número dos del gobierno en 1997, en la época del presidente Boris Yeltsin.
El Comité de Instrucción de Rusia, que ha ofrecido una recompensa de tres millones de rublos, cerca de 50.000 dólares, por «información valiosa» que arroje luz sobre el caso, maneja numerosas hipótesis sobre los posibles motivos del asesinato.
Los investigadores no descartan que el asesinato del líder opositor sea un intento de desestabilizar la situación en Rusia ni que fuera un caso de venganza personal.
Nemtsov denunciaba la injerencia de Rusia en los asuntos internos de Ucrania y afirmaba, tal como aseguran Ucrania y Estados Unidos, que miles de soldados rusos combatían en la filas de los separatistas pro rusos, algo que el Kremlin rechaza.
La oposición rusa no duda en tachar el caso de «asesinato político», enmarcado en la campaña lanzada por las autoridades contra los nuevos enemigos del pueblo ruso: aquellos que se oponen a la injerencia del Kremlin en el conflicto ucraniano.
También hoy, el presidente de Ucrania, Petro Poroshenko, honró al opositor ruso con la Orden de la Libertad, la máxima condecoración que otorga el país.
«Para nosotros los ucranianos Boris será siempre un patriota ruso y un amigo de Ucrania», dijo Poroshenko en un comunicado emitido en Kiev.