Reivindican su carácter social y no partidario, coincidiendo con la campaña electoral para los comicios municipales y regionales de este mes en España en los que compiten la fuerza antineoliberal Podemos y otras que nacieron en su seno.
Cuatro años después de que miles de españoles «tomaron» espontáneamente la Puerta del Sol de Madrid reclamando un «cambio político y social», esas ansias de transformación que contagiaron a toda España se convirtieron en la fuerza de empuje de los nuevos partidos e iniciativas que ahora buscan acceder al poder.
De las proclamas de «no nos representan» o «lo llaman democracia y no lo es, es una dictadura eso es» de los días previos a las elecciones municipales y autonómicas de mayo de 2011, surgió Podemos, el partido liderado por el politólogo Pablo Iglesias, quien entonces se encontraba en la Puerta del Sol.
Ese también fue el origen de Barcelona en Comú, la propuesta alternativa que encabeza la activista antidesahucios Ada Colau, que día sí, día no, se encargaba de movilizar a los vecinos de los barrios para frenar desalojos.
En las manifestaciones de los indignados confluyeron muchas organizaciones sociales con una importante trayectoria de militancia, pero desde las asambleas de las plazas había una fuerte resistencia a dar el «salto» a la política.
Mientras algunos de los participantes del movimiento rechazaban las estructuras partidarias y la posibilidad de competir por el poder, otros decidieron que era necesario entrar en el juego electoral para canalizar la furia y el descontento social que alimentó al 15M (15 de mayo).
La trayectoria de los militantes de izquierda y activistas vecinales indignados que se volcaron a las plazas fue un capital político clave para concretar el sueño de los que querían convertirse en fuerza política alternativa.
Así, de un núcleo de profesores de la Universidad de Políticas de la Complutense de Madrid nació Podemos, la fuerza que preside Iglesias, mientras de la Plataforma Afectados por las Hipotecas (PAH), surgió Barcelona en Comú y otras propuestas de la órbita local.
Si bien muchos activistas se unieron a estas propuestas, el movimiento del 15M permaneció activo en torno a plataformas como Acampada Sol o Democracia Real Ya, que impulsan la celebración de este cuarto aniversario haciendo hincapié en su carácter social y asambleísta, al margen de los partidos.
Hoy, desde la mañana, los indignados se concentraron en la Puerta del Sol, en un acto no comunicado a las autoridades, para celebrar durante todo el día asambleas, charlas, debates, y otras actividades, como obras de teatro e insistir en su reclamo de la necesidad de «proyectos alternativos».
«La crisis de régimen y la crisis económica sólo se podrán superar si al mismo tiempo se supera la crisis ecológica. En este sentido, no bastan políticas que vuelvan a las recetas del capitalismo keynesiano», asegura Democracia Real Ya.
El sábado tienen previsto también una movilización desde Cibeles a Sol bajo el lema «2015M: No nos amordazarán. La lucha sigue en las calles».
El 23 de mayo, un día antes de los comicios, los indignados pretenden volver a la Puerta del Sol para realizar un «grito mudo», gesto simbólico que realizan desde hace cuatro años, y una cacerolada.
El Partido Popular (PP) del presidente del gobierno, Mariano Rajoy, ya censuró la protesta afirmando que «es poco democrática» y se trata de una iniciativa de propaganda y publicidad de Podemos, al que acusó de estar detrás de la movilización.
Por su parte, Iglesias negó estas acusaciones aunque dijo que le parece «bien» que el 15M se manifieste en su cuarto aniversario y en la jornada del 23 de mayo, «siempre y cuando no violente la jornada de reflexión«.
En una entrevista con Radio Nacional de España (RNE), Iglesias fue preguntado por si animará a sus votantes a que asistan a ese acto, y dijo que «en ningún caso» hará un llamamiento para ir, como en «ningún caso» intercederá para que se desconvoque la concentración.
«Podemos respetará la jornada de reflexión», subrayó.