Economistas K salen con los tapones de punta frente a las propuestas económicas del PRO

Los economistas de la agrupación advirtieron que las medidas que pretende impulsar el PRO de prevalecer en las urnas afectarán negativamente la economía.

En un informe de la agrupación, firmado por los economistas Emiliano Colombo y Nicolás Bertholet, se indica que “la liberalización de un plumazo del mercado de cambios que pretende el PRO implicaría el acceso para las grandes empresas e inversores a la compra del dólar ahorro».

Esta situación, ahondaron, «pulverizaría las reservas internacionales en U$S 12.900 millones, provocando una devaluación como mínimo del 44%, teniendo en cuenta el valor del dólar oficial y del que surge de las operaciones libres en el mercado de capitales”.

Según los cálculos de la Gran Makro, “esta devaluación traería aparejada una brusca suba de los precios del orden del 45-50% anual, pérdida del salario real y una recesión económica con caída del PBI del 4% que implican más 250.000 puestos de trabajo destruidos”.

Los economistas consideraron que estas medidas son “los ajustes que Jaime Durán Barba (asesor de Mauricio Macri) no les deja hablar en público”.

Asimismo, consideraron que Argentina tiene aún “un proceso todavía inconcluso después de 40 años de desindustrialización”, por lo que “las propuestas del PRO de liberalizar el comercio y la importación de bienes harían retroceder 15 años al sector manufacturero, poniendo en peligro un total de 327.000 puestos de trabajo”.

Agregaron que habría, adicionalmente, “una reducción de la masa salarial de $56.000 millones anuales, equivalentes a una baja del PBI de 1,2%”.

Además, “por el menor consumo, en una estimación más que conservadora, el Estado nacional dejaría de recaudar $ 17.000 millones anuales y las provincias $6.300 millones”, precisaron.

Por último, se refirieron a la propuesta macrista de la “eliminación de las paritarias como ámbito de negociación”, lo que “provocaría una pérdida de poder relativo por parte de los trabajadores que tendría su correlato inmediato en la caída de poder adquisitivo de sus salarios y, por lo tanto, escasas posibilidades de obtener incrementos nominales por encima de cualquier indice de precios”.

En consecuencia, una “caída del consumo impactaría inexorablemente sobre el nivel de actividad, el empleo y la recaudación tributaria”, advirtieron.