Así lo señala una declaración oficial leída el martes por la noche en la televisión estatal, firmada por la directora general de EEUU de la Cancillería cubana, Josefina Vidal.
«Nuestro país ha sido víctima de centenares de actos terroristas, que han costado la vida a 3.478 personas y han incapacitado a 2.099 ciudadanos cubanos», señala la declaración oficial.
En esa declaración, Cuba rechaza y condena «todos los actos de terrorismo en todas sus formas y manifestaciones, así como cualquier acción que tenga por objeto alentar, apoyar, financiar o encubrir actos terroristas».
Obama anunció ayer al Congreso de EEUU de su intención de retirar a Cuba de esa nómina, en la que el país caribeño estuvo desde 1982 y que supone la imposición de sanciones en la práctica sin efecto por el bloqueo económico.
La decisión se produce solo tres días después de la histórica reunión que los presidentes de EEUU y de Cuba, Raúl Castro, mantuvieron en la Cumbre de las Américas celebrada en Panamá, y el legislativo estadounidense tiene ahora 45 días para estudiar el aviso de Obama y, en caso de desacuerdo, puede presentar un proyecto de ley para tratar de revocar el dictamen presidencial.
La salida de la isla de ese listado podría allanar el camino para restaurar las relaciones diplomáticas de dos países que estuvieron enfrentados durante más de medio siglo.
«El gobierno de Cuba reconoce la justa decisión tomada por el presidente de los Estados Unidos (Barack Obama) de eliminar a Cuba de una lista en la que nunca debió ser incluida», señaló el texto de Vidal.