La Presidenta asistió a la multitudinaria misa celebrada por Francisco en el parque Ñu Guasú y, concluida la ceremonia, saludó al sumo pontífice y le obsequió una copia del rezo de Juan XXIII por la salud de Eva Perón. La misa coronó la gira del Papa por EcuadLa Presidenta asistió a la multitudinaria misa celebrada por Francisco en el parque Ñu Guasú y, concluida la ceremonia, saludó al sumo pontífice y le obsequió una copia del rezo de Juan XXIII por la salud de Eva Perón. La misa coronó la gira del Papa por Ecuador, Bolivia y Paraguay.or, Bolivia y Paraguay.
Cristina participó de la misa ofrecida por el papa Francisco en el parque de la capital paraguaya Ñu Guasú, donde al finalizar le obsequió una copia de recortes de diarios de época con el rezo de Juan XXIII por la salud de Eva Perón.
El regalo consiste en recortes de diarios de época con el rezo del nuncio en Francia y futuro papa Juan XXIII por la salud de la esposa de Juan Domingo Perón.
Al finalizar la misa, Cristina, que estaba sentada en primera fila, subió a las escalinatas que llevaban al altar e intercambió saludos con Francisco.
La Presidenta siguió la misa, que se extendió por una hora media, sentada junto al presidente de Paraguay, Horacio Cartes, y protegiéndose por momentos del intenso calor con un pequeño abanico negro.
Cristina Fernández de Kirchner arribó a Ñu Guasú media hora antes de la llegada del Papa y se ubicó en la primera fila del sector protocolar preparado para autoridades, junto al secretario general de la Presidencia, Eduardo ‘Wado’ De Pedro, que lo hizo una fila más atrás.
La Presidenta se mostró visiblemente emocionada tanto al ingreso como a la salida del campo de Ñu Guasu donde fue ovacionada por miles de argentinos y paraguayos que les manifestaban sus reconocimientos.
Durante la salida, y a pesar del fuerte cordón de seguridad argentino-paraguayo, la Presidenta se detuvo en más de diez oportunidades para sacarse fotos -algunas selfies- con quienes se lo pedían a su paso.
Incluso, dos de esas paradas las realizó ante dos jóvenes en sillas de ruedas, que habían logrado llegar hasta la primera fila de personas ubicada detrás de los cordones de seguridad, más allá de lo dificultoso de la accesibilidad al lugar.
Además de los saludos de los argentinos residentes en Asunción, los paraguayos -en su mayoría jóvenes- la llamaban ‘Presidenta’ o ‘Cristina’, con marcado acento guaraní y en manifestaciones de afecto que llegaban a evidenciar que la sentían ‘como propia’.
La presidenta, y el resto de la comitiva, integrada por el vicecanciller Eduardo Zuain, el secretario de Culto, Guillermo Olivieri, el embajador ante la Santa Sede, Eduardo Valdés, y el secretario de Comunicación Pública, Alfredo Scoccimarro, llegó anoche a Asunción y se hospedó en un hotel ubicado a sólo dos kilómetros del predio de la Fuerza Aérea donde se desarrolló la misa.
Cristina participó de la misa ofrecida por el papa Francisco en el parque de la capital paraguaya Ñu Guasú, donde al finalizar le obsequió una copia de recortes de diarios de época con el rezo de Juan XXIII por la salud de Eva Perón.
El regalo consiste en recortes de diarios de época con el rezo del nuncio en Francia y futuro papa Juan XXIII por la salud de la esposa de Juan Domingo Perón.
Al finalizar la misa, Cristina, que estaba sentada en primera fila, subió a las escalinatas que llevaban al altar e intercambió saludos con Francisco.
La Presidenta siguió la misa, que se extendió por una hora media, sentada junto al presidente de Paraguay, Horacio Cartes, y protegiéndose por momentos del intenso calor con un pequeño abanico negro.
Cristina Fernández de Kirchner arribó a Ñu Guasú media hora antes de la llegada del Papa y se ubicó en la primera fila del sector protocolar preparado para autoridades, junto al secretario general de la Presidencia, Eduardo ‘Wado’ De Pedro, que lo hizo una fila más atrás.
La Presidenta se mostró visiblemente emocionada tanto al ingreso como a la salida del campo de Ñu Guasu donde fue ovacionada por miles de argentinos y paraguayos que les manifestaban sus reconocimientos.
Durante la salida, y a pesar del fuerte cordón de seguridad argentino-paraguayo, la Presidenta se detuvo en más de diez oportunidades para sacarse fotos -algunas selfies- con quienes se lo pedían a su paso.
Incluso, dos de esas paradas las realizó ante dos jóvenes en sillas de ruedas, que habían logrado llegar hasta la primera fila de personas ubicada detrás de los cordones de seguridad, más allá de lo dificultoso de la accesibilidad al lugar.
Además de los saludos de los argentinos residentes en Asunción, los paraguayos -en su mayoría jóvenes- la llamaban ‘Presidenta’ o ‘Cristina’, con marcado acento guaraní y en manifestaciones de afecto que llegaban a evidenciar que la sentían ‘como propia’.
La presidenta, y el resto de la comitiva, integrada por el vicecanciller Eduardo Zuain, el secretario de Culto, Guillermo Olivieri, el embajador ante la Santa Sede, Eduardo Valdés, y el secretario de Comunicación Pública, Alfredo Scoccimarro, llegó anoche a Asunción y se hospedó en un hotel ubicado a sólo dos kilómetros del predio de la Fuerza Aérea donde se desarrolló la misa