A seis años del comienzo del vaciamiento de la fábrica los obreros podrían recuperar las herramientas de trabajo.
El pasado martes los trabajadores agrupados en la Cooperativa Gráfica Mom obtuvieron permiso del juez Fernando Durao para ingresar al edificio ubicado en el barrio porteño de Pompeya y ver lo que quedó de la maquinaria, tras el vaciamiento efectuado por la patronal.
La intención de los trabajadores de ingresar a ver el estado de la maquinaria se debe a las sospechas sobre la existencia de un acuerdo entre el juez, el síndico –encargado de velar por los intereses de los acreedores, entre ellos los trabajadores- y el dueño de la gráfica, Christian Langenheim.
Este acuerdo existe desde el comienzo de proceso de quiebra que presentó la ex Lanci Impresores SRL. En ese sentido, denunciaron que desde que la Justicia colocó la faja de clausura en la gráfica el magistrado a cargo de la causa, con el aval del síndico de la quiebra, Estudio Ramil, Macías y Bisignano, permitió al empresario Langenheim ingresar más de veinte veces a la fábrica. Bajo el argumento de “ir a retirar papeles” el dueño de la gráfica ingresó sistemáticamente al edificio sacando bienes por más de medio millón de pesos.
Pese a las reiteradas denuncias presentadas por el abogado de los trabajadores, Pablo Godoy, el juez y la sindicatura hicieron caso omiso al pedido de intervención efectuado por los trabajadores. El juez que entiende en la causa es Fernando Durao quien dictó la resolución que permitió concretar la asamblea en la que Clarín y La Nación desaprobaron la gestión de los representantes del Estado para luego echarlos de Papel Prensa.
El proceso de vaciamiento de la imprenta Lanci comenzó en 2009 y repitió los típicos síntomas de la mayoría de las compañías a fines de la década del 90. Los sueldos comenzaron a bajar al igual que la cantidad de empleados en la planta, por el contrario el cúmulo de deudas aumentó llevando a la compañía a la presentación de la quiebra.
La Justicia intervino en la causa y muchas veces en contra de los trabajadores, quienes sufrieron una causa por usurpación en 2013, un intento de desalojo, un desalojo efectivo, una restricción perimetral para varios de ellos y el dictamen de la no continuidad laboral en términos de la ley; en desmedro de la cooperativa presidida por Telésforo Gallardo. Como respuesta 16 familias acamparon en la puerta de la firma y lucharon por sostener sus fuentes de trabajo.
El principal reclamo de los trabajadores a la Justicia es la preservación de las máquinas para proteger su fuente laboral. Esto se debe a que en 2011, mucho antes de la convocatoria de acreedores, una de las maquinas más caras fue vendida a una empresa de la cual el propio dueño de la gráfica quedrada, Langenheim, formaba parte. Los trabajadores al tomar conocimiento denunciaron el hecho pero no encontraron respuesta.
El pasado 15 de septiembre los trabajadores de Mom pudieron ver la maquinaria que quedó y que les sirve para la compensación. Esto les permitiría contar con el equipamiento necesario para sostener una línea de producción, en otro espacio físico, que brinde los puestos de las 16 familias que luchan por su fuente de ingreso desde 2012.