Convocan a un «viernes de la ira» en una Israel convulsionada por insurgencia palestina y represión

Grupos palestinos convocaron a un «viernes de ira» en un Israel erizado de bloqueos policiales y militares, restricciones y limitaciones de movimiento, tras quince dí­as de ataques y represión que ya costaron la vida de más de 30 palestinos y siete israelí­es.

La organización islamista Hamas y el Frente Democrático de Liberación de Palestina (FDLP) convocaron a la población palestina de Israel y sus territorios ocupados a expresar mañana su cólera contra las políticas del estado de mayoría judía en un nuevo «Viernes de la ira».

Ambas organizaciones llamaron a enfrentar las fuerzas israelí­es y manifestarse el día santo de los musulmanes en un clima de cólera creciente con centro en Jerusalén y, dentro de la ciudad santa de tres religiones, en la Explanada de las Mezquitas (Monte del Templo según los israelíes).

Desde el 1 de octubre, el gobierno israelí de Benjamin Netanyahu lidia con una ola de ataques con arma blanca (básicamente de palestinos) y sumarias actuaciones con armas de fuego de la policía y los militares israelíes que ya han costado decenas de vidas.

Al menos 34 palestinos murieron en la ola de violencia que sacude al país desde entonces. De ellos, solo 13 atacaron a israelíes, de los que murieron 7 (casi todos apuñalados). La agencia de noticias EFE indicó que hubo un total de 24 ataques con arma blanca.

El movimiento islámico Hamas y el Frente Democrático para la Liberación de Palestina (FDLP) instaron a movilizarse en protestas «tras acabar las oraciones (del mediodí­a) en todas las provincias palestinas», señaló hoy el portal digital palestino Palsawa citado por EFE.

«Mañana es un Dí­a de la Ira para apoyar la Intifada palestina. Las facciones están llamando a un dí­a de la ira para asegurarse de que la Intifada continúa», detalló el comunicado.

El FDLP aseguró, en un mensaje a los medios, que todo el territorio del mandato británico de Palestina -Jerusalén, Cisjordania, Gaza y la «Palestina ocupada» (Israel)- se verán sacudidos por el movimiento «contra el terrorismo de la ocupación israelí­».

En los llamamientos argumentan que es necesario protestar por los «asaltos» israelí­es contra la Explanada de las Mezquitas, en Jerusalén Este, donde los palestinos creen que Israel busca cambiar el status quo, acusación que el primer ministro israelí­, Benjamí­n Netanyahu, ha negado tajantemente.

El portavoz de Hamas en Gaza, Sami Abú Zuhri, señaló recientemente que las acciones de Israel en ese recinto (denominado Monte del Templo por los judí­os y Noble Santuario por los musulmanes y sagrada para ambas religiones) «equivalen a una declaración de guerra».

Muchos recordaron en ese momento que una provocativa marcha del entonces líder de la oposición Ariel Sharon por esa explanada fue la chispa que inició la Segunda Intifada quince años atrás.

El llamamiento a un nuevo «Dí­a de la Ira» y las declaraciones de Hamas pueden inflamar aún más los ánimos en un ambiente ya de por sí­ tenso desde hace dos semanas, que costó decenas de vidas.

El presidente palestino, Mahmoud Abbas, reivindicó anoche el derecho palestino a defenderse contra el «agresivo y creciente ataque israelí», en un discurso que Israel calificó de instigador y mentiroso y en el que reiteró que Palestina ya no se considera vinculada a los acuerdos de Oslo, «que Israel no cumple».

Dentro de ese panorama, Netanyahu, centró su respuesta en una supuesta referencia de Abbas a la muerte de un niño palestino de 13 años en una colonia de Jerusalén Este para acusarlo de «instigación y mentiras», en línea con su viceministra de Asuntos Exteriores, la ultranacionalista Tzipi Hotovely.

Pero un comunicado oficial de la Organización de Liberación de Palestina (OLP) indica que el primer ministro de Israel deformó el contenido del discurso de Abbas.

El presidente palestino, según el comunicado, dijo que «no se rendirá ante la lógica de la fuerza brutal (…)» y ejemplificó con «el disparo a nuestros niños a sangre frí­a, como hicieron con el niño Ahmed Manasra y otros niños de Jerusalén».

Por lo demás, Abbas manifestó que la paz, seguridad y estabilidad no se alcanzarán hasta que acabe la ocupación israelí­ y que «no aceptará un cambio en el statu quo del complejo de Al Aqsa» y que «es el derecho exclusivo de los palestinos y de los musulmanes del mundo».

Israel niega tajantemente que tenga intención de modificar el status del lugar sagrado. «Mientras Israel mantiene el statu quo en el Monte del Templo (como los judí­os denominan la Explanada de las Mezquitas), Abu Mazen, con sus palabras de instigación, hace un uso cí­nico de la religión y así­ genera terrorismo», condenó Netanyahu.

Entretanto, la ministra de justicia israelí, Ayelet Shaked, del partido ultranacionalista Habait Hayehudí (El hogar judío), anunció a la radio israelí que ya está en marcha el proceso de retiro de permisos de residencia a los palestinos de Jerusalén Este que cometan atentados o los apoyan, anunció la agencia DPA.

Israel conquistó Jerusalén Este en el año 1967 y lo anexó unilateralmente en 1980. Los aproximadamente 300.000 palestinos que viven desde hace siglos en esa zona tienen una tarjeta de residencia y derechos sociales, pero normalmente no la nacionalidad.

Tienen libertad de movimientos en Israel, pero con la retirada del permiso se les prohí­be de hecho entrar a Israel y a Jerusalén. La reciente oleada de violencia ha sido protagonizada en alrededor de un 80 por ciento por residentes en Jerusalén Este.

Entretanto, bloqueos, restricciones y limitaciones de movimientos cubrieron todo el territorio israelí.

Hoy, la policí­a cerró durante varias horas las principales carreteras de la zona central del país entre Tel Aviv y Givatáim, tras la persecución a un vehí­culo sospechoso que concluyó con la detención de dos personas.

Las autoridades deportivas, además, anunciaron la cancelación de partidos de fútbol entre equipos judí­os y árabes en el norte y sur del país en respuesta al «viernes de la ira» convocado por Hamas y el FDLP, informó hoy la TV pública de Israel.

El nerviosismo reinante llevó a que un oficial israelí­, alertado por gritos de «terrorista» de varios soldados que viajaban en el mismo tren que él y señalaban a otro pasajero, efectuara un disparo dentro del primer vagón cerca de la ciudad de Haifa (norte).

El suceso acabó sin víctimas, precisó el canal 10 de la TV israelí citando un comunicado de la portavoz de la policía, Luba Samri. Haifa es una ciudad de población mixta árabe-israelí.