El asesinato de Rafael Nahuel: sin pólvora en sus manos y murió por la bala de un prefecto

A casi cuatro meses del 25 de noviembre, cuando Rafael Nahuel fue asesinado por un disparo por la espalda, estarían a punto de conocerse dos peritajes fundamentales que dejarían expuesto que se trata de un caso de gatillo fácil bajo el paraguas protector de la «nueva doctrina» de Patricia Bullrichla bala 9 milímetros que terminó con la vida del joven mapuche correspondería a un arma utilizada por un prefecto, quien ya estaría identificado, y no se hallaron rastros de explosivo en las manos de la víctima.

Tal como publicó Letra P en un artículo de Sebastián Lacunza, fuentes «con acceso al expediente» señalaron que los peritajes balísticos y de registro de pólvora ordenados por el juez Gustavo Vilanueva indicarían ambas novedades respecto de la investigación y, por el contrario, determinarían que sí se encontró presencia de rastros de explosivo en las manos de uno o los dos jóvenes mapuches que rescataron a Nahuel en el momento en que éste recibió el disparo que le quitó la vida.

El portal En Estos Días reveló que el informe del Centro Atómico Bariloche (CAB) descartó que el joven asesinado por efectivos de Prefectura haya disparado o estuviese armado. De la muestra correspondiente al joven mapuche asesinado se analizaron 4163 partículas y ninguna arrojó como resultado la presencia de los tres elementos constitutivos de la pólvora (bario, plomo y antimonio).

De las cintas de carbono correspondientes a Fausto Jones Huala -uno de los dos jóvenes que bajó el cuerpo de Nahuel hasta la ruta 40- de un total de 4001 partículas analizadas sólo una contenía los tres elementos (bario, plomo, antinomio). Según consta en el expediente, recogió casquillos de las balas 9 milímetros disparadas por los Albatros.

En el caso de Lautaro González -quien también llevó el cuerpo de Nahuel- una sóla de las 3534 partículas estudiadas arrojó resultado positivo. Fue hallada en su mano izquierda, pero el joven es diestro.

Del estudio surge que la bala extraída del cuerpo del joven barilochense es compatible con una de las armas inspeccionadas por los peritos oficiales Roberto Nigris y Karina Uribe y la perita de la querella, Silvia Bufalini. Por eso las fuentes citadas por ese portal sostienen que es un hecho la identificación de cuál de los ocho prefectos involucrados en el operativo fue el autor del disparo.

Luego de la inspección sobre el terreno que encabezó Villanueva el 7 de diciembre pasado en la que se halló una gran cantidad de municiones coincidentes con las utilizadas por los albatros y de estos nuevos resultados, quedó aún más descartada la versión que había dado el Gobierno nacional de que un reducido grupo de prefectos se vio sorprendido y acorralado por más de veinte mapuches que bajaron de la montaña disparando armamento de grueso calibre.

Según el Ministerio de Seguridad que conduce Bullrich, los proyectiles de los mapuches habían provocado que fueran arrancados árboles de cuajo y, según la vicepresidenta Gabriela Michetti, los supuestos atacantes tiraron “con todo”, desde poderosos explosivos hasta lanzas y boleadoras.

Bufalini declaró que la versión oficial resultó incompatible con la escena porque no hubo rastros de fuertes explosiones en la flora del bosque de Villa Mascardi ni fueron levantadas otras vainas que no fueran las de Prefectura. Se supone que es imposible que alguien hubiera limpiado la escena con tanta meticulosidad como para sólo dejar los restos de balas de la fuerza pública, algunos de ellos, bajo tierra, como fueron hallados.

Para Bullrich, sin embargo, los prefectos debían estar fuera de sospecha, porque, según argumentó, encararon una «acción legítima, enmarcada en la ley frente a la acción violenta, ilegal e inaceptable para la democracia de un país que quiere vivir en paz».

El diario Clarín indicó el 8 de febrero que el microscopio del Instituto Balseiro habría detectado restos de pólvora en las manos del fallecido Nahuel, versión desmentida de inmediato por las autoridades de ese centro científico.