Académicos e historiadores chilenos, bolivianos y peruanos concluyeron que el logro de una salida soberana al mar para Bolivia constituye una “tarea urgente” que “forma parte de una agenda de integración trinacional con cooperación efectiva en las áreas fronteriza, regional y nacional”, clave en la búsqueda de la real unidad latinoamericana.
“Desde el final de la Guerra del Pacífico existieron tensiones que dificultan las relaciones amistosas entre los pueblos. Si éstas se prolongasen, Bolivia y Chile continuarán sin relaciones diplomáticas. Todo ello genera gastos militares excesivos; dificulta la vinculación educativa, cultural y económica, e impide la realización de proyectos beneficiosos para la sociedad civil”, advirtieron los especialistas.
Reunidos durante tres días en la sede porteña de la UCA, convocados por la Cátedra Libre de Integración Latinoamericana de la Universidad Nacional de Lomas de Zamora (UNLZ), que dirige Humberto Podetti, y la universidad chilena de Valparaiso, los 12 académicos sellaron el documento “Diálogos de Buenos Aires”, que aspiran a hacerle llegar al papa Francisco en su próxima visita
a Bolivia.
Los académicos trabajaron en su debate sobre la base de la llamada Acta de Lovaina -por la universidad belga en la que otro grupo de especialistas ya elaboró en 2006 una propuesta- y revisaron las tres variantes de salida al mar para La Paz: la integración de un corredor y un espacio trinacional; un corredor terrestre,y un enclave soberano en la región de Antofagasta.
Chile, Bolivia y Perú se enfrentaron en la Guerra del Pacífico (1879-1883), por una región limítrofe ubicada al norte de Chile, al sur de Perú y al oeste y sur de Bolivia. Santiago venció en la guerra y suscribió Tratados de Paz con La Paz (1904) y con Lima (1929), pero los países derrotados cedieron territorios a Chile y Bolivia perdió su salida al Pacífico.
El documento de los 12 académicos se presenta como una contribución “a una búsqueda consensuada del reencuentro de Bolivia con el mar, fortaleciendo así la unidad latinoamericana” y subraya que “un nuevo escenario estimulará intercambios culturales, educacionales y comerciales; y permitirá destinar parte de los gastos militares a políticas de desarrollo, particularmente en las regiones fronterizas”.
“A partir de estas reflexiones, sostenemos que el reencuentro de Bolivia con el mar forma parte de una agenda de integración trinacional con cooperación efectiva en las áreas fronteriza, regional y nacional. Las principales líneas de esta agenda son las siguientes: construir una memoria histórica común, enseñar en las escuelas una visión plural de los acontecimientos, consolidar políticas de integración cultural y desarrollar políticas públicas para las poblaciones de frontera”, concluyó el grupo.
De las variantes analizadas, la que pareció reunir el mayor consenso es la que impulsa la delimitación de “un territorio entre la Cordillera de los Andes y el Pacífico integrado por las tres naciones, que procurarán conjuntamente su desarrollo, atendiendo principalmente a las personas que lo habitan”.
“Esta área de soberanía compartida solo involucra el corredor, el puerto de Arica y el mar adyacente y no afecta la situación jurídica configurada a partir de los Tratados celebrados por Chile, Perú y Bolivia. En cambio hace posible una acción conjunta de las tres naciones, capaz de configurar una nueva situación entre ellas y de desarrollar conjuntamente ese territorio”, remarca el texto.
Los académicos destacaron también que “desarrollar políticas públicas para las poblaciones de frontera promueve el bienestar, la seguridad interna de aquellas, y fortalece a las autoridades locales” y reclamaron a “gobiernos y a actores sociales implicados” que consideren la aspiración boliviana como “un proceso que requiere de mecanismos que resguarden consensuadamente las expectativas y los intereses” de los tres países.
De las discusiones participaron Guadalupe Caijas de la Vega, Roxana Forteza Chávez, Rafael Loyaza y Ramiro Prudencio Lizón, por Bolivia; Luis Castro Castro, Jorge Magasich Airola, Eduiardo Cavieres Figueroa y Cristina Oyarzo Varela, por Chile, y Marcel Velázquez, José Chaupis, Daniel Parodi y Cristóbal Aijovín de Losada por Perú.
En el acto de cierre del encuentro –realizado en el Salón San Agustín de la UCA, en el barrio de Puerto Madero-, el rector anfitrión, monseñor Víctor Fernández, puso de relieve la ambición de “promover el proceso de integración de América del Sur, haciendo posible una acción conjunta de las tres naciones, capaz de configurar una nueva situación entre los tres países involucrados, lo que sería un maravilloso modelo de integración”.
Fernández adelantó que se enviará una propuesta a los presidentes pro-témpore de la Unasur, el uruguayo Tabaré Vázquez, y la Celac, el ecuatoriano Rafael Correa, para que convoquen a un diálogo trilateral, y que se buscará que el ex mandatario José Mujica sea designado por los dos bloques para encarar “gestiones de buena voluntad” sobre el tema.
El docente Podetti, por su parte, resaltó “el diálogo como la forma superior de la política”, y subrayó que existe “conciencia y certeza de que ya no alcanza con las políticas nacionales, sino que se precisan políticas continentales para el bienestar de los pueblos”.