El nuevo «rescate» financiero dio dos grandes pasos hacia adelante con la aprobación del Parlamento alemán al inicio de las negociaciones con el país y el visto bueno de la Unión Europea (UE) a un desembolso urgente de unos 7.000 millones de euros para evitar un default griego el lunes próximo.
Ambos acontecimientos coronan una semana en la que el acuerdo para otorgar el tercer rescate a Grecia desde 2010, alcanzado el lunes pasado en una maratónica cumbre de los líderes del euro, superó ya varios escollos.
Como consecuencia, han aumentado las expectativas de que Grecia finalmente consiga un nuevo rescate por tres años y 86.000 millones de euros que permitiría al país retornar a alguna forma de normalización económica luego de tres semanas sin bancos y con un corralito que impide retirar más de 60 euros diarios.
El primer gran paso hacia la consecución del rescate fue la aprobación en el Parlamento alemán de un mandato para que el gobierno empiece a negociar el programa de asistencia financiera para Grecia, luego de que la canciller Angela Merkel advirtiera del riesgo de caos en el sureño país si no recibe la ayuda.
Más tarde, la Unión Europea (UE) dio su visto bueno final a una financiación de urgencia de 7.160 millones de euros, que estarán disponibles el próximo lunes, cuando Atenas tiene un vencimiento de deuda por 4.200 millones de euros con el Banco Central Europeo (BCE) cuyo impago dejaría en un default automático.
«Tenemos un acuerdo sobre la financiación puente para Grecia basado en un préstamo del Mecanismo Europeo de Estabilización Financiera» (MEEF), anunció el vicepresidente de la Comisión Europea para el Euro, Valdis Dombrovskis, quien dijo que esto era muestra de una «solidaridad europea en acción».
El funcionario agregó que el acuerdo «ha sido respaldado por los 28 Estados miembro de la Unión y evita que Grecia llegue a una suspensión de pagos inmediata» el lunes próximo.
También hoy, el Consejo de Gobernadores del Mecanismo Europeo de Estabilidad (MEDE), integrado por los responsables de Economía y Finanzas de la eurozona, aprobó iniciar las negociaciones para conceder a Grecia un tercer rescate, informó la agencia de noticias EFE.
Esta decisión fue tomada luego de que el Parlamento de Grecia aprobara, el miércoles pasado, varias medidas exigidas como precondiciones por la eurozona y después de que varios parlamentos nacionales, entre ellos el alemán, el francés y el finlandés, hayan respaldado el proceso.
Hoy también dieron su visto bueno los Parlamentos de Austria, Estonia y Letonia.
Ayer, los ministros de Finanzas del euro dieron su aprobación al inicio de las negociaciones, pero fuentes europeas explicaron a EFE que la decisión de los gobernadores supone en la práctica la apertura del proceso, pero recalcaron que esto no conlleva que vayan a concluirse en un sentido o en otro.
Ello permitirá comenzar las discusiones sobre el montante, los detalles y las condiciones del rescate.
Ahora deberá cerrarse un Acuerdo de Facilidad de Asistencia Financiera que detalle el préstamo y un Memorando de Entendimiento con las condiciones, un proceso delicado que puede llevar varias semanas y adentrarse hasta mediados de agosto.
Alemania ha sido el mayor contribuyente a los tres rescates de Grecia y ha adoptado una posición muy dura, exigiendo a Atenas un fuerte ajuste, incluyendo una suba del IVA, una reforma laboral y otra jubilatoria y un amplio proceso de privatizaciones.
Hoy, en Berlín, la cámara baja del Parlamento alemán (Bundestag) aprobó por amplia mayoría otorgar al gobierno de Merkel un mandato para que empiece a negociar un nuevo rescate para Grecia, pero con el voto en contra o la abstención de varias decenas de diputados de la bancada oficialista.
En total, 439 diputados se pronunciaron a favor, 119 en contra y 40 se abstuvieron en la votación, que llegó luego de que Merkel solicitara el mandato y dijera que el ajuste que Grecia aprobó a cambio de la ayuda financiera es «duro», pero era la única solución posible y la forma de evitar «caos y violencia» en el país.
El resultado de la votación en la cámara baja del Parlamento mostró que varias decenas de diputados del espacio político conservador de Merkel votaron en contra de conceder al Ejecutivo el mandato para negociar con Grecia una nueva línea financiera o, al menos, se abstuvieron.
En los últimos días, varios miembros de la Unión Cristianodemócrata (CDU) y su hermana bávara, la Unión Socialcristiana (CSU), se han manifestado abiertamente en contra del compromiso alcanzado el pasado lunes en Bruselas.
Los díscolos han alegado que Atenas no es un socio fiable para implementar las reformas precisas, que los alemanes no deben pagar por las deudas de terceros y que las deudas helenas son ya de tal entidad que es dudoso que puedan devolver los préstamos.
Sin embargo, la mayoría de los diputados de la gran coalición de conservadores y socialdemócratas, así como Los Verdes, dieron el «sí». Sólo el primer partido de la oposición, La Izquierda, votó en contra.
En Atenas, en tanto, el gobierno griego preparaba una remodelación de su equipo, que se dará a conocer en las próximas horas, aunque el primer ministro, Alexis Tsipras, ya ha asegurado que seguirá gobernando en minoría hasta cerrar el acuerdo definitivo con los socios para un tercer programa de rescate.
Tras la votación del miércoles en el Parlamento sobre el paquete de reformas que los acreedores exigían como condición para iniciar las negociaciones, en la que casi cuarenta diputados negaron el apoyo a Tsipras, el Ejecutivo busca formulas para garantizar la estabilidad política.
«La decisión de nuestros compañeros pone en duda su apoyo al primer gobierno izquierdista de la historia del país, y a partir de ahora estoy obligado a seguir con un gobierno en minoría hasta que se concluya un acuerdo», aseguró Tsipras a su equipo ayer durante una reunión, informaron hoy fuentes gubernamentales.
Entre los votos negativos se contaron el del ministro de Energía, Panayotis Lafazanis, y los de los ministros adjuntos de Seguridad Social, Dimitris Stratulis y de Defensa, Kostas Ísijos, por lo que se especula que serán sustituidos próximamente.
También la ministra adjunta de Finanzas, Nadia Valavani, estuvo entre los que no apoyaron el acuerdo, aunque ella había dejado el cargo antes del pleno con el argumento -no compartido por otros disidentes- de que no se puede estar en un Ejecutivo si no se respaldan sus medidas.