La Casa Blanca informó de la firma presidencial en un comunicado en el que el presidente de EEUU apunta que la nueva ley «fortalecerá las garantías de las libertades civiles y proveerá mayor seguridad al público en estos programas».
La Ley Libertad USA reemplazó así a la Ley Patriota, implantada durante la conmoción que provocó en Estados Unidos el atentado de las Torres Gemelas del 11 de septiembre de 2001, y autorizaba a la Agencia de Seguridad Nacional (NSA) a recolectar directamente datos telefónicos masivos de los ciudadanos de ese país.
La nueva ley sustituye el más polémico de los artículos de la anterior, el 215, que autorizaba el almacenaje masivo de los registros telefónicos de millones de norteamericanos, como reveló Snowden en 2013.
Estados Unidos continuará, así, con sus prácticas de vigilancia pero dentro de su territorio no será el Gobierno quien recopile de manera masiva la información de los ciudadanos, sino las telefónicas; solo podrán facilitarlos ante requerimiento formal del Estado.
Barack Obama de ninguna manera planteó reformar de manera profunda la estructura de espionaje creada después del 2001 pero -ante la lluvia de críticas y la enorme presión popular que generó la revelación hecha por Snowden en 2013- aceptó modificar este artículo y otros de la Ley Patriota, y negoció con la oposición republicana la creación de la Ley Libertad USA.