“La Marcha del Cambio”, como se bautizó la movilización –convocada el 31 de enero a partir de las 12 hora local en Cibeles y que se dirigirá hacia la emblemática plaza del Sol- “no es la marcha de Podemos, sino de todas las personas que queremos recuperar la dignidad y ayudar al cambio en nuestro país”, afirma Pablo Iglesias en una carta abierta publicada en las redes sociales.
En este sentido y con el telón de fondo de las recientes elecciones en Grecia y el triunfo de la izquierda Podemos busca escenificar el compromiso de la ciudadanía española con el cambio político y así reforzar la implicación de sus potenciales electores, únicos capaces de trasladar a las urnas lo que dicen las encuestas.
A diez meses para las elecciones generales la fuerza de Pablo Iglesias está a la cabeza. “Queremos simbolizar y encarnar que el cambio es ahora, que no queremos esperar más, ni confiamos en las medidas cosméticas que los partidos viejos están proponiendo”, expresa el líder.
Además sostiene: “Quienes han dado la espalda sistemáticamente a la ciudadanía, quienes se han revelado gestores ineficientes y corruptos, no pueden pretender ser la solución a nuestros problemas”.
“Siempre hemos dicho que éramos una herramienta al servicio de la ciudadanía, y seguimos pensándolo: el 31 de enero el protagonismo debe ser de la gente, de todas esas personas que, pese a las adversidades económicas, sociales y políticas, representan los mejor de este país y sus capacidades”, remarca.
El miembro del Consejo Ciudadano Nacional de Podemos, Germán Cano, destaca en diálogo con Telám que la marcha pretende ser un impulso para el proceso de cambio. “No como un acto de fuerza, de auto-afirmación, -si bien es cierto que en los últimos tiempos las críticas a Podemos se sucedieron con mayor virulencia-, sino para darle la voz a la ciudadanía”, explica.