Manuel García Solá dejó el cargo. «Señalé que estaba en desacuerdo con ciertos procedimientos y eso no gustó», afirmó.
Manuel García Solá, representante de la Sociedad Rural Argentina y otras organizaciones del campo, renunció al directorio del CONICET, después de denunciar persecución ideológica.
«Señalé que estaba en desacuerdo con ciertos procedimientos y eso no gustó», afirmó Manuel García Solá,en declaraciones a Radio con Vos 89.9.
Además, reveló: «Mi mandante me convocó y me dijo que renunciara, tuvimos un diálogo privado que lo reservo para mí, pero entendí que era una solicitud del presidente de la Sociedad Rural y lo relacioné con algunos eventos sucedidos en la rural que no son nuevos».
En su carta de despedida, el empresario ganadero dejó en claro que su salida no se debe a «motivos personales» y recalcó: «nunca podría callar mi voz cuando se intentara cometer algún acto de persecución por ideas científicas, políticas o religiosas».
A su vez, indicó: «Jamás se alcanzó la libertad económica, en la que coincidimos y por la que bregamos en la SRA, sin libertad política, libertad de pensamiento y disenso democrático, sin respeto a las ideas del Otro».
En un comunicado, la RAICYT remarcó: «No nos da lo mismo, no queremos un país con caza de brujas, nada es posible cuando el Estado Nacional, que debería velar por los intereses de su población, persigue a quien piensa distinto».
«No hay lugar para posiciones tibias ni podemos hacernos los distraídos/as o justificar con «por algo será». Es gravísimo lo que está ocurriendo y necesitamos enfrentar esta nueva amenaza que viola la tradición del CONICET y más importante aún, los principios en los que debe asentarse la vida en democracia», aseveró la RAICYT.